Betania Pérez Álvarez
Pocos conocen y entienden lo que ocurrió el 6 de agosto de 1945, en la región de Chugoku, al oeste de Japón
Con motivo de los 55 años de la escuela de Letras, el 17 de febrero en el auditorio Hermano Lanz la periodista y profesora de la Universidad de Kadam (Japón), Silvia Lidia González, presentó su ponencia La trampa atómica: oscura realidad y brillante imaginación.
La presentación de la mexicana, autora del libro Hiroshima: La noticia que nunca fue. ¿Cómo se censura la información en tiempo de conflicto? publicado en 2004, estuvo a cargo del profesor de Sociología de la Comunicación, Marcelino Bisbal. En su introducción explicó que el periodismo tiene que replantear su misión.
González explicó que la noticia de la explosión de la bomba atómica en Hiroshima fue, sin duda, uno de los acotecimientos más impactantes del siglo XX. Sin embargo, es poca la información y los testimonios que hay del suceso del 6 de agosto de 1945. El pueblo japonés sufrió una censura tanto por parte del gobierno del país, ubicado al este de Asia como por el ejército estadounidense. Hasta hoy, son muchos los japoneses que son parte de la autocensura.
La mexicana acotó que en muchas oportunidades los periodistas son víctimas como cómplices de la manipulación de información. Ésto la inspiró para crear su modelo atómico de la comunicación, el cual ilustra cómo las presiones de los diferentes poderes, la ansiedad y la curiosidad pueden ocasionar las tergiversación de las fuentes.
Por esta razón, la periodista resaltó la misión que tiene el comunicador social actual: investigar para conocer, conocer para divulgar, divulgar para crear conciencia y crear conciencia para participar.
Expresión artística
A su vez, expuso que el arte y la cultura popular son formas de decir lo que el periodismo no puede, por lo que las víctimas debajo de la bomba atómica que tenían mucho que decir y no pudieron se valieron de otras formas de expresión. La profesora introdujo el concepto de arte como una manera de concienciar y encontrar en la participación una posible salida.
En la presentación se insertaron ejemplos de cómo el mundo hispanoamericano vio los acontecimientos de Hiroshima y Nagasaki, por ejemplo, en la escritura de Gabriel García Márquez, en la pintura de Salvador Dalí y en la música de Silvio Rodríguez.
Durante la ponencia, se introdujo la conclusión de que los medios se han sofisticado pero las imágenes que se proyectan son las mismas, lo que indica que el periodista y el mundo no ha aprendido la lección. La bomba atómica no fue ficción, fue una realidad, fueron hechos. La sensibilidad, la creatividad, la intuición y la imaginación contribuyen a aportar nuevas visiones y traen consigo nuevas reflexiones.
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